Conductas 0.0 en entornos 2.0 (VI): El cachondeo de las operadoras de telemunicaciones

Leo, cuanto menos con asombro, una noticia de ayer publicada en El País titulada Las operadoras prometen no molestar con sus llamadas, donde se informa de la firma de un código deontológico entre las principales empresas españolas que ofrecen servicios de telecomunicaciones (Movistar, Vodafone, Orange, Yoigo y Ono)
con el objetivo de procurar ser lo menos molestos posible en las llamadas comerciales que realizan a sus clientes para convencerles de una promoción o de que se cambien de compañía.
Como esto del código deontológico me suena a risa por no decir otra cosa, me gustaría analizar alguno de los puntos clave del documento firmado.


a) Se limita el número de llamadas comerciales que se pueden hacer a un cliente que, o bien rechaza esa promoción o ni siquiera atiende el teléfono sabedor de que se trata de una llamada comercial. Así, cuando un consumidor conteste la llamada y manifieste no tener interés por la propuesta, la operadora se compromete a no volver a llamar al cliente hasta después de tres meses a partir de esa llamada. O sea, si no he entendido mal, antes se hacía spam telefónico sin ningún tipo de recato ¿verdad?


b) Se limitan las horas en que se pueden efectuar las llamadas comerciales, que deben hacerse en «horarios no intrusivos»: de lunes a viernes, de 9 a 22 horas; los sábados, de 9 a 14 horas, evitándose las llamadas los domingos y festivos. Es decir, antes se hacían llamadas a cualquier hora y en cualquier día de la semana ¿verdad?


c) Las compañías contarán con procedimientos que garanticen que no se contactará con los consumidores incluidos en listas en las que se explicita expresamente el deseo de no recibir este tipo de llamadas o publicidad. Entiendo entonces que antes se pasaban esas listas por el forro ¿verdad?


d)  Las operadoras se comprometen a no utilizar medios engañosos, fraudulentos ni, en general, desleales para la competencia, para obtener del consumidor datos y/o contestaciones que pudieran interpretarse como una aceptación al cambio de operadora ni para obtener del consumidor cualquier otro comportamiento económico. O sea, que antes sí usaban estos métodos ¿verdad?


e) En las llamadas comerciales se asegurará la identificación de forma clara e inequívoca de la operadora que efectúa la llamada o en cuyo nombre se realiza, evitando manifestaciones que puedan llevar a confusión o engaño a este respecto. También estarán obligadas a identificar el número desde el que se genere el contacto con el consumidor, de forma que el mismo aparezca en la pantalla del terminal. Queda claro que antes se dificultaba (seguro que sin mala intención) la identificación de la persona que nos hablaba o el teléfono desde donde se nos contactaba ¿verdad?


f) Todas las operadoras se abstendrán de utilizar manifestaciones falsas, engañosas, denigratorias o, en general, desleales para la competencia, para referirse a los productos y servicios de otras operadoras. Quiere esto decir que antes se usaban este tipo de manifestaciones para lograr captar clientes ¿verdad?


Para mi opinión, aparte del pobre servicio que ofrecen las operadoras con respecto a otros países cercanos, han dejado muy claro cómo venían actuando hasta ahora; el problema es que les da absolutamente igual, y aún mayor el problema, es que me da que a nosotros parece que también. ¿Estás de acuerdo?

¿Vas a ir a #EBE11? Yo seguro que sí.

Como muchos otros, ando recién llegado del #EBE10. Quien me conozca un poquito sabe que el 2010 ha sido un año de grandes cambios profesionales para mí y no podía falta a esta cita si me considero un apasionado de la comunicación y de las redes sociales.

 Tuve la suerte de estar desde el jueves en Sevilla y participar en el #twitSevilla que se hizo en @CasaCarmelo, en el maravilloso barrio de Santa Cruz. Unas magníficas croquetas de rabo de toro, unas lagrimitas de pollo y algunas tapitas más fueron un excelente comienzo de las jornadas que empezaban al día siguiente.

Alfonso Alcántara comentaba ayer en su último post que una de las cosas más importantes de asistir a encuentros como este es ir con un objetivo claro. Creo que yo lo tenía: aprovechar las ponencias y participar de ellas desde el hashtag #EBE10, empaparme del ambiente 2.0 y desvirtualizar a personas con las que mantengo relación desde hace bastante tiempo en mi TL de Twitter. Puede parecer quizás que no son objetivos demasiado «profesionales», pero creo que una cuestión fundamental en la red es no quedarse en los muros y TL, sino salir de casa y acercarse.

Han sido un viernes y sábado llenos de ponencias, charlas, talleres, pero sobre todo de contacto con las personas. Reconozco que aún me da vergüenza eso de que te paren y te digan ¿tu eres….verdad?, pero sin duda es la verdadera esencia de la comunicación: hablar en persona y descubrir avatares «reales» que hemos conocido en el mundo virtual.

Una de las claves, para mi opinión, es la predisposición con la que acudimos a estos encuentros. Me atrevería a decir que hay incluso algo de ansiedad (sana) por desvirtualizar, por reconocer caras y por reencontrarse con gente que ya conocemos. Es fácil criticar a posteriori aspectos de los ponentes o las ponencias, fallos puntuales en la wifi u otras cuestiones, pero creo que lo primero que hay que hacer es agradecer a los organizadores el esfuerzo realizado porque como dice @fmlopez48 en su último post «no es nada fácil gestionar un evento con tal magnitud de asistentes»… y yo añado que ha sido una maravilla que todos hayamos podido disponer del magnífico punto de encuentro en la Isla de la Cartuja, independientemente de que es muy difícil que absolutamente todo salga «perfecto» en estos macroencuentros.

Tengo la impresión de que no somos bichos raros. Quizás estamos siendo los primeros en llegar, pero ya lo decía @dreig en su ponencia: la web social es eminentemente social y quien lo niega básicamente está cerrando los ojos ante una evidencia. Nos pasamos muchas horas delante de una pantalla, es verdad, pero las ganas de contactar, de conversar, de compartir emociones y opiniones definen perfectamente el halo de entusiasmo que rodeaba al EBE10.

Me hubiera encantado conocer a mucha más gente, pero es como querer hablar con todos los asistentes a un concierto de U2 (vale, exagero un poco). Me llevo de Sevilla el color especial que tiene (también un frío muy húmedo que me recordó al de La Laguna), pero sobre todo traigo conmigo ganas de seguir trabajando humildemente en este mundo, que al fin al cabo no es otro mundo que el de la comunicación, ya sea tecleando, trabajando cara a cara o compartiendo cañas y conversación. Me llevo la sensación de que, aunque muchos van a hacer un networking intensivo, muchos otros hacen un «net» sin working, porque hay cosas que van más allá del trabajo o de los negocios que se puedan hacer dentro de cuatro paredes.

Dos últimos apuntes: me resultó curioso el intercambio de tarjetas analógicas (algunas de ellas preciosas, hay que felicitar  los diseñadores) en un entorno tan digitalizado y las frases tipo «¿No te sigo? Yo creo que sí ¿no?, que fueron una de las que mas oí durante el evento.

Acabo felicitando de nuevo a la organización y diciendo «Señores que se alegran de haber ido al EBE10 y piensan ir al EBE11».

Conductas 0.0 en entornos 2.0 (V): A Facebook lo que es de Facebook, a Twitter lo que es de Twitter

15. Entonces los fariseos se retiraron a tratar entre sí cómo podrían sorprenderle en lo que hablase. 16. Y le enviaron sus discípulos con algunos herodianos que le dijeron: Maestro, sabemos que eres veraz, y que enseñas el camino de Dios conforme a la pura verdad, sin respeto a nadie, porque no miras a la calidad de las personas. 17. Esto supuesto, dinos qué te parece: ¿Es o no es lícito pagar tributo al César? 18. A lo cual Jesús, conociendo su malicia, respondió: ¿Por qué me tentáis, hipócritas? 19. Enseñadme la moneda con que se paga el tributo. Y ellos le mostraron un denario. 20. Y Jesús les dijo: ¿De quién es esta imagen y esta inscripción? 21. Respóndenle: Del César. Entonces les replicó: Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. 22. Con esta respuesta quedaron admirados, y dejándole, se fueron.
[1] Mateo 22: 15- 21
La pregunta hecha a Jesucristo era de extrema gravedad, pues comportaba un dilema, del cual creían que Él no podría salir. Si dijese que no se debía pagar el impuesto a César, lo acusarían ante Poncio Pilatos como sedicioso contra el poder de Roma.
Si dijese que se debía pagar el impuesto, estaría rechazando el carácter teocrático del pueblo de Israel (gobernado por Dios), sometiéndolo al poder de César y de Roma. Más aún –aspecto menor, pero importante del punto de vista de la opinión pública– aprobando el pago de los impuestos, desagradaría al pueblo, que odiaba a los republicanos, los recolectores de esas contribuciones.
He querido empezar el post de hoy con una pequeña referencia a la famosa cita contenida en el Evangelio según San Mateo, ya que he trasladado la frase al contexto del 2.0. Recuerdo, hará ya casi tres años más o menos, que a mi correo electrónico empezaban a llegar invitaciones para unirme a Facebook. La verdad es que en esa época me llegaban propuestas de muchas otras redes incipientes, como Hi5, así que en principio no le presté demasiada importancia.
Pero pasadas unas semanas empecé a leer cosas sobre Facebook y hablé con varias personas que ya eran miembros de la red, así que me di de alta, y me sorprendí de la cantidad de gente conocida que encontré o reencontré en muy poco tiempo. La herramienta me enganchó rápidamente y me sorprendió la facilidad de uso y las posibilidades a la hora de insertar contenidos multimedia en el muro, hacer nuestros propios álbumes de fotos, pasar el rato con minijuegos, etc. Poco a poco la la red ha aumentado sus posibilidades y estas son casi infinitas actualmente, y el número de usuarios ya supera los 500 millones en todo el mundo.
Algo más tarde, un par de meses de empezar a escribir en el blog Formación y Talento descubría Twitter. Empecé como todo el mundo, a tientas, sin saber muy bien qué era y para qué era aquello, pero con el paso del tiempo he descubierto las increíbles virtudes y el inmenso potencial que tiene como herramienta social y de comunicación. También son cientos de millones de personas en todo el mundo las que hacen uso de Twitter en la actualidad.
Los que usamos las dos redes sabemos que hay varias diferencias entre ellas: uso más profesional que personal en una que en otra, media de la edad de los usuarios, diseño de la plataforma o del cliente para usar la red, inclusión de juegos o no, etc. pero en la actualidad existen varias herramientas de integración de ambas redes, como Tweetdeck, Hootsuite o Selective Tweets, por poner varios ejemplos.
Cuando llevamos tiempo usando ambas redes, lo normal es que muchos de los usuarios que sigamos en Twitter se conviertan en amigos de Facebook (es más raro que ocurra al revés). Se trata de una manera de ampliar la información y la disponibilidad de contactar con esa persona y de saber algo más de ella. A partir de aquí podemos descubrir si esa persona está en Flickr, Linkedin, Xing u otras redes, y, en definitiva, tener un buen resumen o extracto de su vida personal y profesional.
En los últimos meses he añadido muchos contactos de Twitter a Facebook por la razón que acabo de comentar más arriba. Resulta curioso descubrir algo más de esa persona que sólo es un avatar en Twitter, y suele ser bastante gratificante y productivo tenerlos en ambas redes. Sin embargo, hay un fenómeno que he observado que no me gusta demasiado. Se trata del uso de Facebook como si fuera un cliente de Twitter “más bonito”.
Ya son muchas las veces que al revisar las actualizaciones de mi muro sólo veo tweets, retweets, menciones…¿pero esto no era Facebook? me pregunto. Al revisar muros de ciertos contactos, compruebo que no hay publicaciones como tales, sino que se trata de exportaciones del timeline de Twitter. La primera analogía que se me ocurre es que sería algo así como poner la tele pero quitar la imagen y quedarnos sólo con el sonido; sin duda tenemos la posibilidad de hacerlo, pero resultaría raro ¿no?. También podríamos modificar la gama de colores de la pantalla para verla en blanco y negro, pero resultaría algo extraño.
No veo mal la integración de ambas redes, ni mucho menos, pero creo que sería más interesante darle a cada red el uso que tiene. ¿Por qué no aprovechar las atractivas posibilidades multimedia de Facebook cuando publicamos en el muro? Me gusta, por ejemplo, cuando un tuitero publica en su muro las fotos o vídeos de un evento, porque aunque a través de Twitter puedo ver fotos, sin duda es más cómodo hacer un álbum en Facebook, categorizar las imágenes en Flickr o si se trata de un vídeo subirlo a Youtube o cualquier otra red que tenga como principal soporte el vídeo.

No me gusta ver un muro lleno de tweets, sin ningún otro contenido; cuando entro en Facebook espero ver algo más aparte de 140 caracteres, imágenes, sonido, vídeo…al igual que si me compro un DVD o un Blu-Ray mis expectativas van más allá de oír una voz.
Las herramientas para el uso compartido de varias redes no hacen más que aumentar día a día, pero en mi opinión no deberíamos meterlas a todas en el mismo saco, sino aprovechar las posibilidades que nos ofrece cada una. Todo depende, como siempre, del uso que le demos a esas aplicaciones de integración, pero particularmente, prefiero darle a Facebook lo que es de Facebook y a Twitter lo que es de Twitter.

Conductas 0.0 en entornos 2.0 (IV): ¿Me ayudas a hacerte un RT?

Si me pidieran una definición de Twitter en una sola palabra, diría “erreté” (una forma castiza de escribir RT). Más allá de la rapidez, eficacia y demás características de esta red, el RT, según mi opinión, es una característica tremendamente esencial sin la cual no tendría demasiado sentido usar a nuestro querido pajarito.
El RT o retweet nos permite difundir y divulgar a nuestros seguidores aquéllas publicaciones, opiniones, posts, etc. que nos han parecido interesantes; esto facilita, a su vez, que tuiteros que no se conocen conecten entre sí a través de temas que interesan a ambos, y, en definitiva, nos permite una rápida viralización de contenido a través del timeline.
El uso del RT varía según los usuarios; pasando desde los que no apenas retuitean nada hasta los que retuitean todo lo retuiteable. Esta es una de las grandezas de Twitter, como ya he comentado en otras ocasiones: cada uno sigue un criterio personal y diferente al de los demás, y mientras se mantengan la educación y las buenas maneras, a igual que en el 1.0, no voy a ser yo quién diga a qué cosas hay que hacer RT o a cuáles no.
Sin embargo, lo que me da pena, rabia o me desespera un poco en ciertas ocasiones, es encontrarme con algún tweet de muy buena calidad, ya sea porque incluye un enlace interesante, porque se trata de una reflexión aguda o por diversas razones más, pero no poder retuitearlo porque el autor ha aprovechado al máximo los 140 caracteres que les permite Twitter. Pondré algunos ejemplos al respecto:
a)      Tweets de citas: @usuario1: Solamente aquellos espíritus verdaderamente valerosos saben la manera d perdonar. Un ser vil no perdona nunca porqu no está en su naturaleza. En este caso, @usuario1 ha tenido que cortar algunas letras para que la cita encaje en el tweet, pero lo peor del caso es que nadie va a poder retuitear esa cita, ya que al intentar hacerlo, ocurriría que nos sobrarían 14 caracteres (aunque por otro lado es cierto que sí podríamos retuitearlo tal y como se hace desde la web de Twitter). En todo caso, aunque pudiéramos hacer RT, no es posible aportar nada de nuestra parte (por ejemplo, decir que nos ha gustado, recomendarlo con un hashtag, etc..).
b)      Tweets sobrecargados de hashtags: ya he hablado recientemente del uso de los hashtags. No voy a insistir demasiado en el tema, pero si que pondré otro ejemplo: @usuario1: El 61% de los directivos no usa las redes sociales en su trabajo #rrhh #empresa #redes #trabajo #organizaciones http://bit.ly/19GTn. El tweet puede ser muy interesante por el dato que aporta, pero al haber incluido tal cantidad de hashtags es cas imposible hacer un RT. En este caso, es algo más fácil porque podemos optar por suprimir alguno de los hashtags para acortar el tweet y así poder difundirlo, pero en todo caso nos obliga a hacer un esfuerzo extra.
c)      Tweets sin usar acortadores de URL: el uso de acortadores se ha hecho imprescindible en Twitter cuando colgamos algún enlace. Un ejemplo:
@usuario1: “El Iphone 5 saldrá a principios de verano del 2011 con muchas novedades interesantes www.elpais.com/tecnologia/moviles/iphone/novedades”. Aquí ocurriría lo mismo que hemos comentado en los párrafos precedentes: resulta imposible o casi imposible hacer RT, ya que no se ha usado ningún acortador y la dirección de la web ocupa muchos caracteres. Sin embargo, usando un acortador de URL, la cosa quedaría así: “El Iphone 5 saldrá a principios de verano del 2011 con muchas novedades interesantes http://bit.ly/bZbVGR”, lo cual nos deja bastante más espacio para retuitearlo.
d)      Tweets en el contexto de un debate: es muy habitual que en Twitter se generen debates donde participen varios usuarios. El problema surge cuando nos entramos tweets como éste: “@usuario1: yo también estoy de acuerdo @usuario2 @usuario3 @usuario4 @usuario5 @usuario6 @usuario7 @usuario8 @usuario9 @usuario10 @usuario11”. Una persona que no haya estado previamente en la discusión probablemente se sentirá perdida y por supuesto, no será capaz de hacer RT por la longitud del tweet; para estos casos, lo recomendable es usar un hashtag compartido que de identidad al debate, lo que daría lugar a un tweet tipo: @usuario1 no estoy del todo de acuerdo, pero es cierto el argumento de @usuario3 #debatetwitter.

Son solo algunos ejemplos de cómo podemos ayudar a la comunidad tuitera a que el RT no pierda su inestimable valor. Si no favorecemos un retuiteo sencillo, muchos tweets se quedan por el camino y corremos el riesgo de perdernos información verdaderamente valiosa.
¿Me ayudas a hacerte RT?