Fobias digitales: los mitos del 2.0

Aunque en los últimos años Internet se ha convertido en una revolucionaria forma de comunicación y el número de usuarios de la red no hace más que crecer y crecer, son muchas las personas que todavía tienen muchas reticencias a la hora del uso de esta herramienta.
Los que machacamos las aplicaciones día a día en muchas ocasiones cometemos un sesgo observacional al pensar que “todo el mundo” sabe lo que es facebook, twitter, etc…pero nada más lejos de la realidad: pueden contarse por millones los individuos que no hacen uso apenas de Internet. Algunos por desconocimiento, pero hay otros que conocen más o menos de cerca las posbilidades de la red, prefieren no usarla.
Acerca de este último tipo de usuarios, he comprobado como en casos concretos se dan algunos “síntomas” que podrían ser parecidos a los de una fobia específica, aunque sin llegar a cumplir los criterios especificados en los manuales de Psicología o Psiquiatría. En cualquier caso, me atreveré a llamarlos fóbicos al 2.0 y no a Internet, en la medida en que el miedo no es tanto a la red en sí misma, sino al tejido de redes sociales que se ha ido formando en los últimos años. Quiero decir con esto que muchísimas personas conocen las ventajas de la red de redes para diferentes objetivos (por ejemplo, comprobar el estado de sus cuentas bancarias desde casa), pero no van más allá de eso y muestran un gran rechazo a otro tipo de usos de Internet.
Centrándonos en este tipo de usuarios, voy  a describir una serie de mitos que, en la mayoría de ocasiones, se atribuyen de manera errónea a las herramientas digitales de comunicación.
Mito nº 1: “Facebook y todas esas cosas son una chorrada”. Suele ser el argumento más fácil, menos elaborado y también más difícil de rebatir. El que algo nos parezca importante o no es tremendamente subjetivo, y no podemos empujar a alguien a que use algo que en principio no le interesa. Pero ocurre como casi siempre: la inmensa mayoría de la gente que usa este argumento ni siquiera se ha molestado en probar la herramienta Simplemente es un rechazo sin más, una oposición frontal a la apertura a nuevas experiencias.
Mito nº 2: “Las aplicaciones para redes sociales son peligrosas para mi intimidad”. ¿Nos hemos planteado qué le contamos de nuestra vida a nuestros vecinos o conocidos? Desde luego que la publicación de fotos o información relevante sobre nosotros mismos hace que, de alguna manera, nos expongamos ante los demás, pero no creo que sea lo más importante. En todo caso, somos nosotros, conociendo bien las aplicaciones los que decidimos qué queremos mostrar y qué cosas dejamos para un círculo más reducido. Hay personas que deciden publicar interminables álbumes de fotos y otros que no…es una elección personal, pero no hay ninguna obligación de practicar la “extimidad”.
Mito nº 3: “Internet y el 2.0 quita mucho tiempo”. Tú eliges. Hay telespectadores que no se separan de la pantalla de TV, adictos a todo tipo de series, realities, concursos, etc…y otras sólo ven informativos y alguna cosa más. La herramienta en sí misma no es mala, depende del uso que le quieras dar, pero también tenemos elección en esta materia. Si lo deseas puedes tener el Tweetdeck todo el día abierto, pero como cualquier software, tiene una cruz donde hacer clic y cerrarlo cuando venga en gana. La adicción o no a las aplicaciones depende de la persona, no de la aplicación en sí misma. Es cierto que el los refuerzos positivos que nos otorgan las redes son tremendamente poderosos y muy a corto plazo, pero el mismo efecto tiene el tabaco u otras sustancias, y no todo el mundo está “enganchado”.
Mito nº 4: “No me hables de eso, ya soy muy viejo para esas cosas”. Aunque los usuarios de ciertas redes no son precisamente adolescentes, como en el caso de twitter, todavía existe la percepción de que los ordenadores, Internet y aún más las redes sociales son para gente joven que se divierte colgando las fotos de la última salida de fin de semana. La red no tiene edad, sólo hace falta un ordenador y ganas de descubrir nuevas formas de comunicación.
Mito nº 5: “Internet es peligroso: mira lo que pasa con los pederastas”. La red no es ni más ni menos peligrosa que la vida en sí misma o que personas que sufren ciertos tipos de trastornos o son delincuentes habituales. Lo que ocurre es que para cierto tipo de sujetos, Internet ha venido a ser una herramienta perfecta para cometer fechorías o hacer prácticas de dudoso gusto. Cierto es que se han dado nuevos fenómenos como el spam, publicidad engañosa, fraudes, etc….pero ocurre como la fobia a volar: a pesar de que sabemos por numerosos estudios que el avión es el método más seguro para viajar, pensamos que el aeroplano se caerá. Pues lo mismo ocurre con Internet: es más seguro pagar con tarjeta de crédito a través de datos que hacerlo en una tienda física, pero todavía nos fiamos más de las «personas» que de las máquinas.
Mito nº 6: “Me dan miedo las redes sobre todo por mis hijos”. ¿Y no te da miedo que en plena sobremesa la mayoría de los programas de TV consistan en personas de dudoso prestigio insultándose y lanzando improperios de todo tipo? ¿Tampoco te da miedo que vean una película en donde se transmiten los valores de que todo se soluciona a golpes? Internet nos da una magnífica libertad, dentro de lo que cabe, de elección de contenidos. El Tuenti no es malo para tus hijos en sí mismo, enséñales simplemente un uso adecuado.
Mito nº 7: “El propósito último de las redes es hacer publicidad de productos y forrarse a nuestra costa”. Algunas aplicaciones 2.0 nacieron casi “por casualidad”, y otras no tanto. Es lógico que la persona que descubre que su invento es usado masivamente por millones de personas quiera beneficiarse de ello, pero independientemente, cada red tiene unos fines específicos y somos nosotros los que tenemos que buscarle un mejor uso, y sobre todo una mayor rentabilidad. No mezclemos Linkedin con Facebook, o MySpace con Flickr, cada red tiene unos fines específicos y no son clones unas de otras.
Lógicamente, podría extenderme mucho más y seguramente nombrar otros muchos mitos, pero para mi opinión éstos son algunos de los más importantes, y sobre todo, los que hacen que muchas personas no se acerquen al patrón de comunicación 2.0. Pero ahora me gustaría saber si estás de acuerdo o no, o que aportaras alguna opinión al tema…
¿Crees que hay todavía mucha fobia al 2.0?