No cabe duda de que Twitter se ha convertido en una de las principales redes de difusión de contenidos, y en gran medida, red de contenidos en sí misma. Más allá de la discusión sobre si Twitter es una red social o no (en mi opinión sí lo es), queda claro que muchos de nosotros nos nutrimos constantemente de información de esta red una vez que hacemos una configuración adecuada de nuestra cuenta (a través de las listas, por ejemplo).
Los contenidos que podemos encontrarnos en Twitter son infinitos, e incluso muchas personas abogan por el uso de esta herramienta como el principal «proveedor» de los mismos, aunque lo normal es que muchos de nosotros usemos un lector de feeds para estar al día de las noticias que más nos interesan. Y es aquí donde entran en juego herramientas como Twitterfeed, que nos permiten difundir en Twitter y postear en Facebook automáticamente aquellos posts que hayamos elegido en función de nuestros intereses personales y profesionales.
Con Twitterfeed podemos ser más productivos y ahorrar mucho tiempo en el proceso que supone leer un post, fabricar un tuit o un post y enviarlo a nuestra red favorita. No nos hará falta hacer nada, ya que el robot de Twitterfeed automatiza rápidamente esa tarea y nos permite dedicarnos a otros menesteres.
¿Pero es Twitter solamente un difusor de contenidos? En mi opinión, no. Twitter también es conversación e interacción, y es ahí donde observo a diario como muchos tuiteros se han convertido en bots. No hablaré de ninguno en concreto, porque si algo tengo claro es que cada uno debe usar Twitter como le venga en gana (siempre y cuando respete las mínimas normas de etiqueta y educación en la red).
Sin embargo, que respete el uso que le de cada tuitero a su TL no significa que me gusten todos los comportamientos, ni mucho menos. Muchos usuarios de Twitter utilizan casi exclusivamente twitterfeed para tuitear, algo que me genera bastante rechazo, sobre todo por varias razones:
1. Cuando veo un tweet que proviene de TwitterFeed, sé que la persona que está gestionando su cuenta no esté activa en ese momento. Puede parecer una tontería, y es cierto que ocurre lo mismo cuando se programa un tweet, pero me hace percibirlo como «menos persona».
2. Se corre el riesgo de que el tweet muestre una información que no interese ni siquiera al propio tuitero, y me explico. Al estar el proceso totalmente automatizado, puede ocurrir que el post que estamos difundiendo no se ajuste del todo a los contenidos que estamos habitualmente acostumbrados a difundir (más de una vez he visto enlaces y tuits de ciertas personas que, bien sea por su tono o contenido, para nada se corresponden con su «perfil» habitual»).
3. Se pierde la conversación, el diálogo y la interacción. Si la persona que está usando Twitterfeed o una app similar no está activa en el momento que se difunden esos tuits con los posts enlazados, se elimina la posibilidad de entablar una pequeña conversación con ella.
Podemos discutir mucho acerca de los usos de Twitter, de sus usuarios, de sus costumbres, etc. pero para mí Twitter es algo más que poner posts y difundir información: es conversación, es discusión, es aportación de ideas, y es por ello que empiezo a odiar «un poquito» a Twitterfeed o similares. En cualquier caso, no es realmente una crítica a la herramienta, sino al uso que hacen de ella algunos tuiteros. Y es cierto que en cualquier caso, hay bastantes usuarios que hacen un uso que para mí gusto es más apropiado: automatizan sus tuits, pero su TL es una mezcla de información, opinión y conversación, pero muchos otros parecen haber sido abducidos por ciertas apps y han desaparecido como personas.
El universo de los medios sociales se compone, en mi opinión, de tres aspectos fundamentales: las personas, los contenidos, y las herramientas que nos facilitan la difusión de los mismos. ¿Nos estamos olvidando en ocasiones el primer elemento? ¿Qué opinas?
Imagen tomada de www.know-how.com.es